Sobre la Ley de Entropía


"Si las gentes no trabajan sobre sí mismas, si no procuran pasar por una especie de Revolución Psicológica, si no modifican sus costumbres, su manera de vivir y de ser, marcharán de acuerdo con la Ley de la Entropía, involucionarán en el tiempo, y un día no habrá diferencia entre persona y persona, todos seremos terriblemente perversos." Samael Aun Weor

Por la Ley de Entropía sabemos que la Naturaleza tiende hacia un desorden involutivo, hacia el caos, la destrucción y descomposición. Esta Ley se manifiesta en la agonía ostensible de la Tierra: la entropía la lleva gradualmente a su final, a convertirse en Luna. De la misma manera, si en una biblioteca no existiera un principio ordenador (que sería el bibliotecario) la entropía actuaría poco a poco, libro tras libro, entablando desorden tal, que no se podría encontrar absolutamente nada. Así también la Ley iguala a las personas: la prueba final es la muerte que nos reduce a todos al mismo destino.
Es una ley de carácter igualitario, pero involutiva y degenerativa, y la única forma de vencerla es con transformación, con un cambio radical mediante el sacrificio consciente en aras de una transmutación de fuerzas. Solo así podemos salir de esta tendencia al caos y del círculo vicioso en el que estamos fatalmente metidos.
Para compensar la Ley de Entropía, hay en nosotros un principio ordenador que se despierta al tomar conciencia y al dejar de actuar en forma desagradable, en esa forma inarmónica que afecta nuestra relación con nuestro diario entorno. Al activar el principio ordenador, nos disponemos al sacrificio de dominar nuestras pasiones animales, emociones negativas, deseos insanos… Así se pone en marcha un mecanismo psicológico y cósmico que transmuta el sacrificio en energía espiritual que se cristaliza en Estados Superiores del Ser, en la propia sublimación, en ser mejores…
Es una apuesta a la lucha y el sacrificio en nosotros mismos, dominando nuestras emociones desenfrenadas, los vicios, miserias, la obsesión por los placeres terrenales, en pos de un estado de equilibrio y armonía. Si se sacrifica la ira, aparecerá la mansedumbre; sacrificando la codicia, se da lugar al altruismo; sacrificando la envidia, se manifestará la filantropía... Pero no hay transformación sin sacrificio. Si uno nada cambia, nada transforma, nada sacrifica, se lo traga la Ley de la Entropía.
Es un trabajo sobre nuestros pensamientos, sentimientos y acciones. No es fácil; el trabajo es duro y contra uno mismo, lo cual lo hace muy impopular, poco o nada deseado por el común de la gente; pero vale la pena por los resultados a obtener: el despertar de la conciencia y el paso a un estado superior del Ser, a ser mejores. Despertando la Conciencia pagamos Karma, nos convertimos en Ser Consciente, en Piedra Filosofal, en Ser Iluminado…


Lic. Tamara Le Gorlois

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